¿Qué son los cálculos de la vesícula?
Los cálculos de la vesícula son pequeñas piedras que se forman dentro de la vesícula biliar, un órgano en forma de pera que se encuentra justo debajo del hígado. La vesícula biliar almacena bilis, un líquido que el hígado produce para ayudar a digerir las grasas. Los cálculos pueden formarse cuando hay un desequilibrio en los componentes de la bilis, lo cual puede llevar a que se acumulen cristales que, con el tiempo, se convierten en piedras. Estas piedras pueden estar hechas de colesterol, sales biliares, o una mezcla de ambos.
¿Qué problemas de salud se pueden tener si no se tratan?
Si no se tratan, los cálculos biliares pueden causar varios problemas de salud. Pueden bloquear el flujo de bilis, lo cual genera dolor intenso, especialmente después de comer comidas grasosas. Esto se conoce como un "ataque de vesícula". Además, la obstrucción de los conductos biliares puede provocar inflamación de la vesícula biliar (colecistitis), lo cual puede llevar a infecciones graves. También, en algunos casos, los cálculos pueden obstruir el conducto pancreático, causando pancreatitis, una inflamación dolorosa del páncreas. Si no se recibe tratamiento adecuado, estas complicaciones pueden volverse graves e incluso poner en riesgo la vida de la persona.
Entrenamiento Hipopresivo
Es muy importante que, antes de comenzar con los ejercicios hipopresivos, consulte a su médico de cabecera, especialmente si tiene cálculos en la vesícula.
En personas con cálculos biliares, la apertura de costillas podría potencialmente agravar los síntomas o causar dolor, ya que se moviliza la zona abdominal y se afecta la vesícula. Es fundamental que el médico evalúe si este tipo de ejercicio es seguro para su situación particular.
Además, cada caso de cálculos biliares es único y puede variar en cuanto al tamaño de los cálculos, la severidad de los síntomas y otros factores relacionados con la salud general del individuo. Un médico de cabecera podrá realizar los exámenes necesarios y determinar si los hipopresivos son adecuados o si, por el contrario, representan un riesgo. En algunos casos, podría ser más prudente tratar primero los cálculos antes de comenzar con este tipo de actividad física.
Por último, un especialista podrá recomendar modificaciones en los ejercicios o sugerir alternativas que no impliquen riesgos para la vesícula. Consultar previamente con el médico ayuda a evitar posibles complicaciones, a planificar una rutina de ejercicios que se adapte a las condiciones de salud y a asegurar que los beneficios del entrenamiento hipopresivo puedan ser aprovechados de manera segura y efectiva.
Una vez pasado el post quirúrgico, podés retomar a los tres meses la práctica completa de Hipopresivos.
Facundo Segovia
Director Academia KBD